viernes, 11 de marzo de 2011

Consciencia sin sujeto


Ya hay una clara evidencia a través los frecuentes casos de experiencias extracorpóreas de que el "Yo como sujeto" se puede disociar del "Yo como objeto".

Por lo tanto podemos hablar de los dos tipos de "Yo" como entidades separadas.

No obstante, en los casos de experiencias extracorpóreas el "Yo como sujeto", el que observa, lleva consigo a su vez el "Yo como experiencia". Es el "Yo como sujeto", el que vive la situación, quien es el portador de la consciencia, o sea, del "Yo como experiencia"

Y lo que ahora nos preguntamos es , si podemos demostrar que también puede haber un "Yo como experiencia", pura consciencia, sin ser acompañado por el "Yo como sujeto". También veremos algún caso en el que "Yo como experiencia" se disocia del "Yo como objeto".

Para empezar, nos resulta muy difícil imaginar que en el reino animal, no humano, no exista algún tipo de consciencia, algún tipo de "Yo como experiencia". Sin embargo sólo los seres humanos podemos representarnos un futuro y hacer planes concretos para poder alcanzar, en la medida de lo posible, la realización de nuestros deseos infinitos de amor, poder y libertad, todo lo cual forma lo que hemos denominado "Yo como sujeto".

Queda claro pues, que hay en este mundo consciencia, "Yo como experiencia" carente de un "Yo como sujeto", sin sujeto (el resto de los seres vivos a parte de nosotros)

Pero... ¿podemos encontrarnos también entre nosotros, los seres humanos, consciencia sin sujeto? es decir ¿podemos encontrar disociados, como entidades distintas el "Yo como experiencia" y el "Yo como sujeto"? ¿Puede también producirse una separación entre el "Yo como experiencia" y el "Yo como objeto"?

Bueno, podemos indicar dos casos interesantes en los que esto realmente se llega a producir.

En el síndrome de Cotard y en las experiencias místicas.

El síndrome de Cotard es un trastorno psiquiatrico raro, en el que el individuo niega su propia existencia; incluso puede llegar a dejar de emplear el término "yo". Puede decir de sí mismo que es algo que no tiene ninguna utilidad y que lo pueden tirar a la basura. El no existe para sí. Lo que contempla es algo muerto sin ningún sentido. En este caso parecen presentarse, a su vez, separados el "Yo como experiencia" y el "Yo como objeto".

Evidentemente es un caso en el que hay consciencia, pero el "Yo como sujeto"" parece desaparecer completamente; pero es que el "Yo como objeto" también desaparece.

En cuanto a las experiencias místicas, a través de técnicas como la meditación, en estado de profunda relajación, el "individuo" puede llegar a perder la noción de subjetividad e incluso de la propia corporalidad.

Algunos místicos, llegan a prescindir del término "yo", o sea, del pronombre en primera persona, pareciera que se desprenden de su "Yo como sujeto". Esto es lo que tal vez pudieran llegar a alcanzar algunos monjes budistas.

Concluimos con la idea un tanto inquietante, de que no existe en realidad ningún yo único en nosotros. No poseemos ningún centro dentro de nosotros mismos, ni en el cerebro siquiera que nos indique de que somos "Alguien". No hay una coordinación estable y consistente entre nuestros tres "yoes". Estos se pueden disociar y presentarse de forma individual, aunque normalmente vivimos con esa sensación de unidad interna, de que somos alguien, porque los tres tienden a funcionar en sintonía.

Lo que es más intrigante es el "Yo como sujeto" ¿a qué viene en nosotros, animales al fin y al cabo, ese hambre infinito de amor poder y libertad? ¿es una mala pasada del proceso evolutivo? ¿o tiene algún sentido?

Rafael San Andrés Renedo

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