domingo, 15 de mayo de 2011

Crítica a "El Poder del Ahora" de Eckhard Tolle

No cabe duda de que es un libro muy interesante; es de esos que te hacen reflexionar. A mi siempre me han gustado ese tipo de libros.

Me acuerdo que siendo yo aún muy pequeño, solia cogerle a mi madre un libro chiquitín al que le llamaban el Kempis.

Era un libro que te hacia pensar y a mi madre le hacia gracia que anduviera yo precisamente con ese librito.

No me acuerdo bien si el citado libro me hacia meditar o era más bien el tamaño chiquitin lo que me atraia ¡un libro a mi medida! pensaria yo...

Pero lo cierto es que a lo largo de toda mi vida me he sentido feliz cada vez que me he topado con un libro capaz de hacerme pensar.

Pues bien, amigos, algo asi me ha pasado con "El Poder del Ahora" de Eckhard Tolle. Lo abras por donde lo abras te da materia para pensar.

Pero esta vez no me voy a conformar con todo lo leido. No estoy completamente de acuerdo con todo lo que se dice en el libro, ni en cómo se dice.

Empezaré por el "cómo se dice":

Lo encuentro demasiado místico; se trata el tema de manera excesivamente transcendente; es una óptica muy religiosa. Desde mi punto de vista teórico no es necesario adoptar esas actitudes o puntos de vista tan sacralizados. Al fin y al cabo estamos hablando de cosas de este mundo y se trata de comprenderlo lo mejor posible y de hallar las herramientas más útiles y adecuadas para navegar por él.

Y en cuanto al "qué se dice"; yo no estoy nada de acuerdo con ninguna teoria que hable de falsos y verdaderos yoes, o de egos que sea necesario extirpar del cuerpo (el "Yo como objeto" cumple sus funciones) o de un Espíritu que pueda ser vivido o "conocido" a través de experiencias extraordinarias.

Según la Tesis sobre el Self, el Espíritu, al que yo denomino "Yo como sujeto", es algo que no puede ser percibido, vivido ni concienciado de ninguna manera; es simplemente el motor o agente que dirige la vida de cada cual según la "visión" o designio que le corresponda; el camino destinado a ser realizado por cada ser humano.

La Conciencia es el testigo de nuestra vida. Es el "Yo como experiencia" que podrá ser semiconsciente o plenamente consciente; de hecho el "Yo como experiencia" puede tomar la forma de cualquier estado de conciencia, es lo que se experimenta en un momento dado.

En cuanto al resultado práctico sí estamos de acuerdo. Un robusto "Yo como experiencia", es decir, una consciencia plena del presente, a lo que yo me niego a darle ningúna connotación transcendental, es una garantia de salud mental positiva; es la luz que podria dar al traste con mucha oscuridad.


Rafael San Andrés

No hay comentarios: