miércoles, 18 de mayo de 2011

¿ Existe el Espíritu ?

A falta de uno voy a presentar dos posibles conceptos de espíritu; quédense con el que quieran; tal vez incluso nos podamos quedar al final con los dos y, si es asi, no sólo tendriamos un espíritu sino dos:

¡Eso sí que seria una novedad!

No sé cómo lo definiria la Iglesia Católica hoy en dia, pero dudo que nos dieran mucha luz, si fuera asi ya nos la habria dado y no estaria tanta gente hoy en dia dudando de su existencia.

Tomemos en consideración el Espíritu segun Eckhart Tolle; segun él el Espíritu seria esa parte de nosotros mismos testigo de nuesta identidad, seria algo que estaria por encima de ésta; también le llama el Ser, el cual se presenta cuando nos hacemos plenamente conscientes del presente (Yo a esto le llamo "Yo como experiencia")

El Espíritu o Ser seria el mismo en toda la Humanidad y no distinguiria entre identidades nacionales, las cuales formarian parte del Ego (a lo que yo llamo "Yo como objeto").

Del Espíritu partiria toda originalidad y belleza producida por el ser humano.

Desde mi punto de vista, esto es, segun la "Tesis sobre el Self", el Espíritu (al que yo denomino "Yo como sujeto") seria lo que está detrás de esas ansias de amor, poder y libertad infinitos, las cuales no hace falta demostrar porque se han hecho evidentes a lo largo de la Historia de la Humanidad y de las pequeñas historias de cada cual, que por un precio u otro han vendido su alma al diablo cuando han podido, o por el contrario han dado muestras de una heroicidad sobrehumana incorruptible (supongo que algun caso habrá habido...).

En cualquier caso, ahi tenemos activos esos deseos de amor, poder y libertad que nos caracterizan y dan lugar a innumerables comportamientos que señalan al Espíritu, aunque en mi definición no podamos percibirlo ni vivenciarlo.

En mi definición en el concepto de Espíritu va incluido el Espíritu del Bien y el del Mal, cosa que normalmente no se suele tener en cuenta.

Vida y Muerte conviven en nuestro interior y a veces hay algun voceador que nos lo recuerda:

¿ Recuerdan ustedes al Sr. Millán Astray diciendo bien en alto "viva la muerte" ?

En conclusión, que seria raro que el Espítu no significara nada cuando tanto se habla de él; la cuestión es definirlo adecuadamente.


Rafael San Andrés

domingo, 15 de mayo de 2011

Crítica a "El Poder del Ahora" de Eckhard Tolle

No cabe duda de que es un libro muy interesante; es de esos que te hacen reflexionar. A mi siempre me han gustado ese tipo de libros.

Me acuerdo que siendo yo aún muy pequeño, solia cogerle a mi madre un libro chiquitín al que le llamaban el Kempis.

Era un libro que te hacia pensar y a mi madre le hacia gracia que anduviera yo precisamente con ese librito.

No me acuerdo bien si el citado libro me hacia meditar o era más bien el tamaño chiquitin lo que me atraia ¡un libro a mi medida! pensaria yo...

Pero lo cierto es que a lo largo de toda mi vida me he sentido feliz cada vez que me he topado con un libro capaz de hacerme pensar.

Pues bien, amigos, algo asi me ha pasado con "El Poder del Ahora" de Eckhard Tolle. Lo abras por donde lo abras te da materia para pensar.

Pero esta vez no me voy a conformar con todo lo leido. No estoy completamente de acuerdo con todo lo que se dice en el libro, ni en cómo se dice.

Empezaré por el "cómo se dice":

Lo encuentro demasiado místico; se trata el tema de manera excesivamente transcendente; es una óptica muy religiosa. Desde mi punto de vista teórico no es necesario adoptar esas actitudes o puntos de vista tan sacralizados. Al fin y al cabo estamos hablando de cosas de este mundo y se trata de comprenderlo lo mejor posible y de hallar las herramientas más útiles y adecuadas para navegar por él.

Y en cuanto al "qué se dice"; yo no estoy nada de acuerdo con ninguna teoria que hable de falsos y verdaderos yoes, o de egos que sea necesario extirpar del cuerpo (el "Yo como objeto" cumple sus funciones) o de un Espíritu que pueda ser vivido o "conocido" a través de experiencias extraordinarias.

Según la Tesis sobre el Self, el Espíritu, al que yo denomino "Yo como sujeto", es algo que no puede ser percibido, vivido ni concienciado de ninguna manera; es simplemente el motor o agente que dirige la vida de cada cual según la "visión" o designio que le corresponda; el camino destinado a ser realizado por cada ser humano.

La Conciencia es el testigo de nuestra vida. Es el "Yo como experiencia" que podrá ser semiconsciente o plenamente consciente; de hecho el "Yo como experiencia" puede tomar la forma de cualquier estado de conciencia, es lo que se experimenta en un momento dado.

En cuanto al resultado práctico sí estamos de acuerdo. Un robusto "Yo como experiencia", es decir, una consciencia plena del presente, a lo que yo me niego a darle ningúna connotación transcendental, es una garantia de salud mental positiva; es la luz que podria dar al traste con mucha oscuridad.


Rafael San Andrés

Los entreactos y "Yo como experiencia"

Los entreactos son esos momentos, dias o semanas que vienen a ser un tránsito entre un tipo de actividad y otra; el tiempo muerto que va desde que se alcanza un objetivo hasta que se empieza a trabajar en el siguiente.

Normalmente estos impasses se viven muy mal, y con razón; es como una depresión que se presenta por las buenas sin que nadie la haya llamado.
El sentimiento de vacio es bastante lacerante y la sensación de estar perdiendo el tiempo tampoco ayuda. También es corriente que en esta situación se presenten sentimientos de soledad.

Algunas veces se le llama aburrimiento; un aburrimiento maligno desesperante que hace que el presente se haga insoportable.
Aunque amigos, paradojicamente la vivencia del presente es la solución, incluso en estos casos en los que el presente se nos muestra ofreciendo más incomodidad que otra cosa.

Porque ¿qué otra alternativa nos queda?
¿La ensoñación? mal, no es solución, pan para hoy y hambre para mañana.
¿Refugiarse en el alcohol? mal asunto; para cuatro dias que vamos a vivir y nos los podemos pasar beodos; no, no es convincente.

Lo mejor es aguantar el chaparrón mientras todos los demonios nos hacen sugerencias, las cuales nos traerian con seguridad un futuro aún más negro.

¿Y como nos aseguramos de que el futuro sea mejor?

Sin duda ninguna, fortaleciendo el "Yo como experiencia", aferrándonos al presente, por muy incómodo que nos pueda parecer éste.


Rafael San Andrés

viernes, 13 de mayo de 2011

Diferencias entre la Tesis sobre el Self y la Psicologia Transpersonal



La Psicología Transpersonal aspira a dar con el Espíritu; lo tiene en cuenta, lo fomenta e intenta transcender los enfoques tradicionales, los cuales, ignorando al Espíritu o malinterpretándolo, no intervendrian más allá de los procesos mentales comunmente considerados patológicos.

Las diferencias teóricas de mi Tesis con esta Escuela tienen que ver con el mismo concepto de Espíritu realmente. No lo definimos de la misma manera y tenemos visiones diferentes de lo que es o no es.

El concepto de Espíritu vendria a superponerse a lo que yo llamo "Yo como sujeto" y su definición, la cual es desarrollada en la presente Tesis, difiere de lo que los transpersonalistas denominan Espíritu.

Según los transpersonalistas el Espíritu sería siempre una "cosa" muy buena, cosa que no tiene por qué ser siempre asi, ni mucho menos, bajo mi concepción de lo que es el Espíritu o "Yo como sujeto".

Los deseos infinitos de amor poder y libertad ("Yo como sujeto") han dado lugar en la Historia a las mayores heroicidades, asi como a las mayores atrocidades.

El "Yo como sujeto" o Espíritu vendria marcado o determinado por las metas a corto, medio y largo plazo, cuyo significado profundo permaneceria inconsciente y probablemente seguirian los designios o prioridades de la pirámide de Maslow y mi definición del "Yo como sujeto" o Espíritu.

Por otra parte, según mi forma de verlo, al Espíritu o "Yo como sujeto" no habria forma de percibirlo de ninguna manera, mientras que los transpersonalistas quieren "verlo" (o vivirlo) en ciertas experiencias que según mi teoria, no dejarian de ser más que manifestaciones del "Yo como experiencia".

El Espíritu es lo que guia nuestros pasos. Los objetivos latentes, proyección inconsciente de uno mismo hacia el futuro.

Ya sabemos a qué aspira el Espíritu. El Espíritu no se conforma con menos que con lo infinito, lo absoluto, el todo. Y esto útimo puede tener un signo positivo o negativo dependiendo del sentido al que se dirigen sus fuerzas.

El Espíritu del Bien y el Espíritu del Mal conviven en el interior de todos nosotros y dependiendo de las circunstancias biológicas, personales y sociológicas podria actualizarse uno u otro.

La creación y la destrucción van de la mano; vida y muerte; amor y desamor; libertad y soledad; generosidad y codicia...


Rafael San Andrés

viernes, 6 de mayo de 2011

Condiciones para capitanear el cambio

Llega un momento en que todos queremos cambiar.

Cambiar de trabajo, nuestro tipo de actividad, residencia, pareja, estilo de vida...

¡Y cuántos nos pasamos la vida haciendo lo mismo a la vez que sufrimos los deseos de cambio!

Toda una tragedia humana que arrastramos por el miedo a lo desconocido o al fracaso.

Pero el cambio siempre se va produciendo de una u otra forma; el Universo se halla en cambio constante.



Los seres humanos nos vemos sometidos al estrés del cambio inevitable a lo largo de la vida, pero es que desde nuestro interior, el "Yo como sujeto" nos impulsa a un cambio siempre en dirección hacia la satisfacción de sus deseos infinitos de amor poder y libertad.

Hay cuatro ingredientes que facilitan mucho las cosas para la autorrealización del "Yo como sujeto": el coraje, la desesperación, el conocimiento y la suerte en forma de oportunidad.

Sólo unos afortunados reunen para sí las cuatro condiciones y se embarcan en una vida nueva que les salva del frustrante atascamiento en un estilo de vida que ya no es viable, que no satisface al "Yo como sujeto".


Rafael San Andrés

Miedo

Tenemos que admitirlo.

Vivimos una vida salpicada todo el tiempo por continuos miedos.

Vivir con miedo es una miseria. Mayor aún que la de aquellas personas que tienen que urgar entre las basuras para encontrar un poco de comida.

El miedo que podemos sentir conscientemente no es más que la punta del iceberg. El miedo accesible a nuestra consciencia, el que podriamos sentir ahora mismo, tal vez no sea más que una pequeña parte de un miedo aterrador que se halla en las capas más profundas de lo inconsciente.

Otras especies de animales pueden temer a la muerte cuando se ven perseguidos por sus depredadores; les guia el instinto de superviviencia.

Es raro que nosotros sintamos ese tipo de miedo en nuestras vidas hoy en dia. Lo que tememos son las heridas a nuestra autoestima, ¡el rechazo de los demás!

Terror de hacerlo mal, de que podamos fallar o de que no seamos capaces de cumplir. Temor al reproche de los seres queridos y no tan queridos. Pánico a que nos señalen por una falta, a la condena de nuestros enemigos y sobre todo...¡ de no tener razón !

Pero...¿quién está tan amenazado?

El concepto de nosotros mismos, nuestra autoimagen, la idea que tenemos de quienes somos.

Pero...¿quienes somos?

Creemos que somos nuestro cuerpo y sus fenómenos, nuestro nombre y nuestra historia, el "Yo como objeto", pero en lo más profundo somos, sobre todo, un "Yo como sujeto", un soplo que aspira al amor, poder y libertad infinitos

Todos somos el mismo soplo que aspira al todo; todos estamos conectados y formamos una unidad mayor; unidad a la que podemos llamarle "Nosotros como espíritu", el mar donde se disuelven todos los incontables "Yo como sujeto", los cuales vendrian a ser como olas o efímeros remolinos de espuma.

Pues bien señores ¡ será esa unidad que nos abarca a todos quien tendrá que ser juzgada !

Rafael San Andrés

martes, 26 de abril de 2011

La visión del "Yo como sujeto"

Hay una visión en lo más profundo de cada uno; es la visión del propio futuro.

No se sabe cuándo ni cómo, pero en el interior de cada persona se fraguó en un momento determinado una poderosa visión; una visión marcada a fuego en las propias entrañas; una visión que sigue implacable el camino de su autorrealización.

Somos profetas desde el mismo momento en el que cristalizó una profecia en el interior de cada cual; profecia que tarde o temprano se llega a cumplir, si no interfiere el azar incontrolable e inesperado.

El "Yo como sujeto" contiene el deseo infinito de amor poder y libertad y una visión, la visión de una "metáfora soñada" que implica su completa satisfacción.


Rafael San Andrés